jueves, 31 de diciembre de 2009

Colección de postales navideñas

Antes de publicarla, os diré que en la URSS no se celebraba abiertamente la navidad. Hasta hoy en mi cabeza no hay fiesta llamada navidad. Sin embargo, el Año Nuevo era la fiesta principal del año, y la gente se felicitaba: "Año Nuevo, nueva felicidad!".


Aquí vemos todos los atributos rusos: Ded Moroz (Papa Noël) con su abrigo largo de tipo shuba y con zapatos de tipo valenki, un liebre con la gorra de tipo shapka-ushanka, la tetera llamada samovar y dos pájaros snegiri que suelen aparecer en invierno y se van en primavera. Todo un estereotipo.

Esta será del año del viaje famoso de Yuri Gagarin. Un orgullo nacional, y un motivo perfecto para joder a los EEUU. La guerra fría, que le vamos a hacer.


Alrededor del año 1980 empezó la gran construcción, bolshaya stroyka. Se construían ciudades enteras, se elevaban edificios enormes que ahora nos parecen tan feos. Así animaban a la gente. Prometiéndoles pisos a los obreros y imprimiendo postales temáticas.


El año 80, la olimpiada. Casi un año después en la URSS nació un montón de niños negros. En la URSS la palabra "negro" no tenía ninguna connotación negativa. Tampoco la tiene hoy. Sólo sirve para indicar el color, incluso si es el color de la piel de una persona. Nada más.

Para terminar, esta es la postal que no tiene nada que ver con la política. Estos dos son personajes de un dibujo animado, creo que el más popular de la URSS. Tom y Jerry, versión soviética. No me gustaba mucho, era bastante cruel.

¡Feliz año nuevo! Ano Nuevo, nueva felicidad!

PS: es una entrada programada, ahora estoy en un pueblo a más de 1200 metros de altura, sin ordenador, sin móvil, incluso sin televisión ni radio. Tengo quince libros y una chimenea llena de leña. Y un par de botellas de buen vino tinto. Volveré...

martes, 22 de diciembre de 2009

Educación rusa. Cuando los niños se aburren.

Disciplina, respeto, orden... Son cosas buenas, prácticas, pero cuando un niño tiene que estar sentado durante 40 minutos, casi sin poder moverse, el pobre se aburre. Un niño aburrido es un niño poco atento, incapaz de percibir información. Ni siquiera un adulto es capaz de estar atento durante más de tres minutos (por eso nos despistamos en las conferencias, cuando el discurso es largo y monótono), y los niños, pobrecitos... He visto estas miradas vacías, estos bostezos ahogados.

Por eso los adultos, que siempre pensamos que somos muy inteligentes, inventamos las recreaciones. En mis tiempos una clase duraba 40 minutos, luego empezaba una recreación de 10 minutos, y otra vez la clase. Para mantener el orden, los profesores inventaron las guardias. Cada grupo una vez al mes durante todas las recreaciones se ponía en los pasillos. El objetivo: tranquilizar a los niños aburridos. El guardia tenía el poder de parar al niño que corría o gritaba en el pasillo y hacerlo estar durante toda la recreación en la esquina más próxima.

Las esquinas en mi infancia era uno de los dos castigos más populares. Estar 15 minutos en la esquina cara a la pared era mi castigo personal por no haber comido la sopa del día. Otro castigo más famoso era el cinturón de cuero que dejaba marcas rojas en el culo.

En fin, cuarenta minutos sentado en la clase, recreación sin poder moverse, otros cuarenta otros diez, y al final llegaba el momento cuando se acababan todas las clases. Me cuesta mucho imaginar cuanto sufrían los vecinos de mi colegio, porque el ruido de 500 niños saliendo al mismo tiempo del edificio dejaban sordos a todos los peatones.

Los niños tenían sólo una asignatura para divertirse: el deporte. Eso sí, nos dejaba sin energía. Yo siempre he sido bastante débil y la única asignatura donde sacaba malas notas era el deporte. Tenía mala puntería (un día le dije a la profesora que tenía miopía y a partir de este día tengo miopía, aunque antes no la había tenido), no lograba encestar el balón cuando jugábamos al baloncesto, no podía trepar la cuerda. Me salvaba mi capacidad de correr. Corría mejor que todos y hasta hace poco participaba en los maratones. Los demás flipaban. Por fin podían gritar, por fin podían correr, por fin podían divertirse.

En mi niñez todos los niños se dividían en dos grupos: deportistas y empollones. Después del colegio los primeros iban a los facultativos deportivos: cursos de natación, fútbol, carate, ya sabéis, y los otros se dedicaban a leer en la biblioteca. Los dos clanes se reunián en pocas ocasiones, cuando hacía falta la fuerza de los primeros y la mente de otros. Eran días de septiembre, cuando todo el colegio iba a acampar en el bosque. Era una competición en varías categorías: canto, juegos deportivos, culinaria, concurso intelectual, concurtso artístico (donde teníamos que escribir un relato o un verso sobre el día) y otras, ya no me acuerdo de todo.

Luego se reunieron los dos clanes cuando empezó ella historia del ferrocarril infantil, pero no participé.

Y en invierno, clases de esquí, treinta niños con los esquís larguísimos (de campo, no de montaña), andaban en círculo bajo la nieve, temblando de frío y aprendiendo el vocabulario popular, que en todas las lenguas consiste principalmente en nombres de partes del cuerpo humano. Es allí dónde nosotros, los empollones, podíamos lucir nuestro nivel de educación explicando a los deportistas la diferencia semántica entre varios nombres de las mismas partes..

lunes, 21 de diciembre de 2009

Página oficial del gobierno de Moscú



* govno = mierda

mierda.

(Del lat. merda).

1. f. Excremento humano.

2. f. Excremento de algunos animales.

3. f. coloq. Grasa, suciedad o porquería que se pega a la ropa o a otra cosa.

4. f. coloq. Cosa sin valor o mal hecha.

5. com. coloq. Persona sin cualidades ni méritos.


domingo, 20 de diciembre de 2009

Educación rusa. Disciplina y relaciones entre profesores y alumnos.

El primer día que fui al colegio (odio cuando dicen "al cole", tampoco me gustan "el bibe, la pupa, y todo este lenguaje infantil usado por los adultos) llovía a cántaros. Como me lo imponía el código escolar, llevaba puestos un vestido de lana de color marrón, un delantal, zapatos y puñetas (¿de verdad se llaman así estas cositas tan bonitas que nuestras abuelas llevaban para salir los domingos?) blancos, una mochila enorme, y, lo más importante, me coronaba un lazo blanco que me podías servir de paraguas, así era de grande. Eran las 8 de la mañana, tenía sueño y frío, y, además, me dieron un ramo de flores que olían mucho y me hacían estornudar cada dos por tres. Total: no me gustaba nada. Bueno, el delantal, sí, era bonito, pero era algo insoportable estar casi una hora de pie con las manos ocupadas y bajo la lluvia escuchar discursos de adultos aburridos. Me alegré un poco cuando al final nos invitaron a entrar en el colegio y nos acompañaron hasta la aula que tenía que convertirse en nuestro segundo hogar durante los siguientes tres años.

Nos sentamos en las mesas, y una señora alta nos dijo que era nuestra maestra y que se llamaba Elena Grigórievna y nos explicó las reglas básicas.
1ª: a los profesores se les dice "usted" y se les llama por el nombre completo.
2ª: todos se sientan en pares: una chica más un chico, se sientan rectos con las manos cruzadas en la mesa.
3ª: durante las clases no se dice ni una palabra sin levantar una mano recta.


(primera foto - posición correcta, segunda foto - posición incorrecta)

Nos dieron un libro. Para mí un libro siempre ha sido una cosa sagrada, misteriosa, así que recibir un libro nuevo la primera cosa buena del día. Lo abrí y mi sonrisa desvaneció. Era el abecedario.
- Discuple, Elena Grigórievna, - levanté la mano. - ¿No tendrá usted otro libro? Verá, ya he leído éste y no me pareció muy divertido. En realidad, es para los niños pequeños.
Tenía 7 años y estaba locamente enamorada del niño estrella de Oscar Wilde (sin saber la importancia de este cuento en el mundo literario. Luego, elegí este cuento para mi proyecto de fin de carrera, hice mi propia traducción al ruso y obtuve la mejor nota. Hace poco releí mi traducción y me quedé sorprendida por la pésima calidad de mi trabajo).
- Verás, pequeña, - me contestó la maestra. - Otros niños no han leído en abecedario aún, por eso tienes que aguantar un poco hasta que lo lean.
- ¿Cuánto?
- Un año, me temo.

Decidí irme a estudiar con otro grupo, que ya estaban leyendo otras cosas. Hice que mis padres hablaran con el director, pero no me lo permitieron, así que me aburría durante todo el primer curso. Me divertía ayudando a los demás, corrigiendo sus errores antes de que lo hiciera la maestra y soñando del niño estrella mientras. Fue cuando aprendí la cuarta regla:
4ª: si te aburres demasiado, siempre puedes levantar la mano y salir al servicio. Mientras sales, puedes ir a la cafetería y comer un pastelito allí.

Con el tiempo las reglas se hicieron menos estrictas. Ya levantábamos la mano como el niño de la foto, no estábamos sentados tan rectos, pero seguíamos diciendo usted a los profesores, nos levantábamos si otro profesor entraba o cuando empezaba y terminaba la clase, y, lo más importante, seguíamos teniendo mucho respeto a los profesores.

No se permitía hacer ruido en los pasillos, no se permitían chicles (en la URSS sí, habían chicles de tres sabores: café, menta y fresa), no se permitían juguetes. Más o menos en el año 1993 quitaron el uniforme (una verdadera lástima) y permitieron llevar zapatos con un tacón pequeño, usar un poco de maquillaje natural, pero quedaba prohibido soltar el pelo. Eramos rebeldes, íbamos maquilladas, llevábamos leggins y faldas mini. Fumábamos en la puerta del colegio, nos besábamos en las discotecas escolares que empezaban a las seis y terminaban a las nueve, pero jamás nos atrevíamos a faltarles de respeto a nuestros maestros y profesores.

Ya os conté la única vez que me atreví a rebelarme contra una profesora, pero estaba tan agobiada y sufría tanto de que me tratara mal, que para mí ya no quedaba otras opciones.

Tambíen tengo que decir que en los años 90 ser un profesor era un sinónimo de ser un perdedor. A los profesores les pagaban tan poco, que la mayoría prefirieron vender cosas en el mercado que seguir dando clases. De los que quedaron, ninguno intento demostrarnos sus frustraciones. Seguían siendo buenos profesores, y buenas personas.

En la siguiente entrada de mi blog hablaré de facultativos, actividades extraescolares y de todas estas cosas que les gustan a los niños.

Educación escolar en Rusia (mi experiencia)

He vuelto antes de lo previsto. Estoy empezando un ciclo de artículos sobre la educación escolar rusa, pero tengo que reconocer que todo lo que voy a escribir, se basará en mi propia experiencia. Estaba metida en este mundo hasta el año 2002, y desde entonces no sé que pasa en los colegios rusos. Puede que las cosas hayan cambiado, pero vivo con la esperanza que los colegios de hoy han guardado algo de los de mi niñez.

Como es un tema muy amplio, se dividirá en varios capítulos:

- Disciplina y relaciones entre profesores y alumnos.
- Actividad facultativa.
- Oktyabryata y pioneros.
- Yo, profesora de inglés.
- Programa escolar.
- Subbotniks, turnos de limpieza y prácticas de verano.
- Noches de encuentros de alumnos antiguos.

Empecemos...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hasta el lunes estaré sin ordenador, así que contestaré a todos los comentarios y volveré a escribir a partir de la semana que viene.
¡Buen fin de semana!

martes, 15 de diciembre de 2009

Me desnudo, o 10 cosas que normalmente no cuento a nadie

1. Perdí mi último diente de leche cuando tenía 15 años. Era un colmillo. Durante casi un año no sonreía.

2. Como carne cruda. No poco hecha, totalmente cruda. Sin sal.

3. Una vez me dio una patada una cabra a la que yo intenté ordeñar en plena calle.

4. Mi abuela hacía mermeladas de las frutas que yo le daba. Eran frutas que crecían en el jardín de un vecino.

5. Una vez entré por la ventana en la casa vacía de este mismo vecino y la cerré por dentro. Luego salí y clavé todas las ventanas para que no se abrieran. Me pilló mi vecino mafioso.

6. Soy una mala conductora. Cuando doy marcha atrás, confundo la izquierda con la derecha.

7. Una vez caí en un estercolero. En un estercolero muy grande.

8. No me gusta cuando me dicen que soy guapa, porque me doy cuenta de que no es verdad.

9. Cuanto más años tengo, más me gusta mi cumpleaños.

10. No sé cocinar y estoy muy orgullosa de mí misma por ello.

¿Queréis saber algún detalle?

lunes, 14 de diciembre de 2009

Entre paréntesis

Leyendo vuestros comentarios sobre el patriotismo me he acordado de una frase de Oscar Wilde:

Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.

En ruso: В близкие друзья я выбираю себе людей красивых, в приятели - людей с хорошей репутацией, врагов завожу только умных.

Pues, si me busco enemigos con la ayuda de mi blog, estoy convencida de que van a ser personas inteligentísimas ))

El patriotismo

patriota.

(Del gr. πατριώτης, compatriota).

1. com. Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien.

diccionario de la RAE



Fea pintan a la envidia;
yo confieso que la tengo
de unos hombres que no saben
quién vive pared en medio.
Lope de Vega

Mientras más estudiamos, más sabemos,
mientras más sabemos, más olvidamos,
mientras más olvidamos, menos sabemos,
mientras menos sabemos, menos olvidamos,
mientras menos olvidamos, más sabemos.
¿Entonces, para que estudiamos?
(versión completa, traducida del inglés)

Voy a hacer una confesión: soy una persona envidiosa. Durante toda la vida lucho contra mi envidia, pero más años tengo, más envidiosa me estoy haciendo. No es que tenga envidia a las personas con dinero o bienes materiales, no, pero talentos de los demás, eso sí. No es ninguna envidia negra, no es destructiva, es simplemente un deseo imposible de tener por lo menos un grano de talento para pintar, escribir, cocinar, hacer algo bello. Esta envidia no me hace sentir mal, un poco triste, a lo mejor. Sí, la tristeza de ver como con el tiempo no llego a hacer nada de lo que me gustaría hacer, de ser incapaz de expresarme para dejar una herencia intelectual.

Pero tengo aún más envidia a las personas que saben qué hay que hacer para el futuro prospero del país. Más leo, más escucho, más profundamente aprendo la historia mundial, menos entiendo qué es lo mejor. Me quedó estupefacta cuando un chusmilla en la calle de Moscú me dice "eres una mierda, en vez de hacer algo para tu país, huiste". Y si le pregunto, que es lo que tenía que hacer, seguramente, me respondería que nuestro santo deber ante la patria es echar a todos los negros, musulmanes, ucranianos, judíos, georgianos, etc, es decir a todos los que no sean rusos. Que nuestro deber patriótico es limpiar la raza humana y proliferar para el bien del país.

Es increíble como el país conocido como luchador contra el fascismo, ser patriota se ha convertido en el sinónimo de ser un fascista. Es decepcionante como tener amor a la patria se ha pervertido en odiar a las personas diferentes de ti mismo, sin saber en que son diferentes. En Rusia nunca ha sido un insulto decir a un negro que es negro o a un moro que es moro. Hasta hoy. Tener un marido extranjero puede provocar tragedias. Una chica que conozco por internet, casada con un chino, ha sido pegada en el autobús por los patriotas de hoy. A mí me llaman "puta de exportación" de vez en cuando. Hace poco un chico me culpó de no tener "un alma rusa". Claro que no, no odio a nadie, vivo en el extranjero, no me apareo con un portador de los genes rusos, no tengo nada del alma rusa, no soy patriota.

No me importa, que cada uno diga o que quiera, mi vida es mi vida. Pero me importa que estas personas llevan el nombre tan alto: son patriotas. Se mean en los ascensores, pegan a las mujeres, odian a todo el mundo, pero son patriotas. Viven el Rusia, proliferan para el bien de Rusia, y lo único que les importa es que son patriotas de la tierra rusa. Ya está.

Tengo mucho cariño a Rusia, es decir, al país, a su historia (incluso cuando la critico), a su naturaleza, a su gente tan peculiar, a su carácter maximalista, pero me da miedo pensar en el futuro de este país tan único, tan grande. Y lo peor es que no sé como puedo ayudar...

Sin embargo, veo una tendencia muy contraria en España. Si el patriotismo ruso se ha convertido en fascismo, el patriotismo español parecer haber desaparecido. Los musulmanes no quieren ver la cruz católica en nuestros colegios - lo quitamos, los catalanes no quieren hablar español - lo olvidamos. No tengo derecho a meterme en los asuntos españoles, ni siquiera tengo derecho a votar, pero mantengo los ojos abiertos y veo que España no se respeta tanto como tenía que respetarse este país.

¿Qué me decís sobre el patriotismo español?

PS: me dirijo a las personas españolas que hablan otros idiomas: gallego, catalán, vasco... No quiero decir que el español tiene que ser la lengua única en España, pero no comprendo ¿porqué la queréis eliminar? Tenéis una rara y perfecta oportunidad de ser bilingües, de saber más que otros, y no aprovecháis de esta oportunidad. Como lingüista no lo puedo comprender..

domingo, 13 de diciembre de 2009

Historia mafiosa. Tercera parte.

No sé cuando exactamente empezó el fin de la historia de mis vecinos. Puede que sea cuando no nos dejaron entrar gratis en una discoteca, puede que sea cuando se explotó una bomba artesanal en las manos de mi amiga, o aún más tarde, cuando se quedó embarazada la hija mayor, o cuando la madre de familia se buscó un amante, o cuando no pudieron hacer salir de la cárcel al padre.

Creo que lo más lógico sería empezar por el fin de mi amistad con las hijas del vecino. Siempre he sido más amiga de la hija mayor, por la edad. la hija menor tenía 4 años menos que yo, lo que en adolescencia tiene mucha importancia. Una chica de 16 no tiene mucho en común con una chica de 12, ya sabéis.

El 22 de julio del 2000, si me acuerdo bien de la fecha, siete chicos del pueblo se reunieron en una casa, compraron varias botellas de samogon (vodka casero), y decidieron pasar la noche bebiendo y diviertiéndose. Uno de ellos, antes de reunirse con los otros pasó por la discoteca del pueblo donde conoció a una chica. La invitó a la cena con sus amigos y los dos fueron a la casa, donde les esperaban otros seis chicos de 14 a 18 años de edad. Borrachos, hicieron beber a esta chica, y, como es fácil de imaginar, la violaron. Los siete. En el juicio cada uno de ellos insistía que él no la había tocado, que habían sido todos los demás menos él. La chica tenía 13 años.

Yo no conocía a la chica, pero sí, conocía a algunos de los chicos, y, como muchas personas en el pueblo, juré que no volvería a hablar con ellos. No cumplí mi palabra, os contaré porqué. Al día siguiente fui a la casa de mis amigas para hablar de lo que pasó. Me quedé boquiabierta cuando la primera frase que dijo mi amiga fue: "la culpa es de ella, no tenía que haber ido, sabía lo que la esperaba". Aquel día me peleé por la primera vez en mi vida con estas amigas, discutíamos a gritos, hasta que comprendí porque defendían a los violadores. ¿Lo comprendéis?

Tener un padre mafioso, que mandaba matar y que mataba, que probablemente hacía cosas peores, es algo que a su familia la hizo padecer el síndrome de Estocolmo. Admitir que eran criminales fue admitir que su padre era un criminal, no se lo podían permitir.

De los siete chicos sólo tres fueron a la cárcel. Uno se escapo, tres eran menores de edad. Mis amigas se hicieron muy amigas de los tres prisioneros, les escribían cartas, iban a visitarlos, hasta intentaron sobornar a la jueza. El padre les prohibía cualquier contacto con los chicos, pero el padre ya estaba perdiendo su autoridad, se sentía culpable por el mechero, unos de sus guardaespaldas que al mismo tiempo era su mejor amigo (si esta gente tiene amigos) murió un poco antes. Mi amiga me pidió que le diera mi dirección para que las cartas llegaran a mi casa. Negué. Me invitaron una vez a ir con ellas a la cita, dije que esto jamar ocurriría. Poco a poco se alejaron de mí hasta desaparecer por completo. Eramos vecinas, las veía por la ventana, las oía hablar, pero no nos veíamos más, apenas nos saludábamos si nos encontrábamos en la calle...

Seis meses después, en invierno, me estaba arreglando para salir con otros amigos, cuando la hermana mayor entró en mi habitación. Apenas entró, se deshizo en lágrimas. No tenía con quien compartir su dolor. Vio a su madre con otro hombre, su padre mandaba a matar a sus competidores y estaba claro que los clanes de estos competidores iban a vengarse, y, por último, estaba embarazada, porque un amigo de la prisión de quien estaba locamente enamorada, no quería usar condones. Prometí que le buscaría un médico con la condición de que dejara de ver a los violadores. "No eres más mi amiga," dijo. "No quieres que yo sea feliz, te odio". Encontró un médico con la ayuda de se tía.

En 2004 el amante-violador escapó de la prisión y se escondió en la casa de mis vecinos. Así empezó a trabajar para el mafioso, haciendo el trabajo más sucio y yendo de vez en cuando a la cárcel (el que hace el trabajo sucio es el que se declara culpable si el asunto llega a la atención de la milizia). En mayo de 2004 en un periódico de Moscú apareció el artículo que os voy a traducir.

Por respeto a la familia de mi vecino, por todo lo bueno que me hizo el mafioso (siempre ha sido muy bueno con mi familia), voy a cambiar el nombre y el nombre de este pueblo, aunque reconozco, que no es tan difícil de averiguarlo.

El caso escandaloso de la muerte de un bandido jefe llamado "Sokol" ha tenido un desarrollo macabro e inesperado. Como se sabe, el asesinato fue ejecutado con la ayuda de unos policías locales del municipio. Uno de los figurantes más importantes de este caso, el criminal llamado "Maestro" ha muerto en circunstancias misteriosas en una cárcel de la región de Moscú.

El líder de la banda criminal, el Maestro, empezó su carrera profesional como maestro de primaria y formó su banda con sus ex alumnos del colegio. Hace un año el Maestro y sus bandidos asesinaron a su competidor Sokol. Le mataron a tiros, llevaron el cuerpo en el coche del asesinado al campo y allí lo quemaron. El asesinato fue planeado y ejecutado con la ayuda de tres agentes de la milizia, cuyo papel fue obligar al Sokol a ir al encuentro con los bandidos del Maestro. En abril tres sospechosos de este caso, incluido el Maestro, fueron detenidos y encarcelados, donde revelaron la historia de su amistad con los agentes de la milizia.

En mayo nuestro periódico publicó un articulo sobre la conexión entre los agentes y los asesinados. Al día siguiente el Ministerio Público abrió un expediente de este caso, y este mismo día el Maestro murió en una cárcel de la región de Moscú. Según la versión oficial, murió de septicemia. Lo extraño de su muerte es que los expertos hicieron la autopsia solamente 24 horas después de la muerte, y no antes, como la ley obliga. Durante la autopsia detectaron un hematoma extraño en la nuca y marcas de asfixia - como si fuera cogido por el cuello y golpeado contra la pared o el suelo. La versión más probable es la venganza por parte de los amigos del Sokol. También es posible que el maestro fuera asesinado por miedo de revelar la historia completa de los agentes implicados de la milizia .

Dos días después del entierro del Maestro, su tumba fue destruida por desconocidos, las flores cortadas en trozos y el sepulcro roto.

La mujer abandonó la casa y se fue a vivir con su amante. La hija mayor se casó con el violador, tuvo un hijo, luego se divorció. Vive con su hijo en la casa de su padre. Hace poco la vi en la calle, su hijo jugaba con una pistola de madera. Estaba disparando a los peatones. La hija menor se fue a vivir a Moscú con una amiga, hace poco abrió un bufete de abogados. No quiere ver a su familia...

Puede que os parezca raro que yo tengo algo de respeto por el hombre, pero leyendo mi blog vais a entender porque. Digo que él ha hecho cosas buenas en su vida, y es verdad. Varias veces me protegió cuando yo lo necesitaba. Os lo contaré en el futuro.