martes, 8 de diciembre de 2009

Mi ciudad, ya que es una ciudad. Tercera parte.

Uno de mis lectores anónimos me citó la wikipedia:
La Conferencia Europea de Estadística de Praga considera como ciudad una aglomeración de más de 2.000 habitantes siempre que la población dedicada a la agricultura no exceda del 25% sobre el total. A partir de 10.000 habitantes, todas las aglomeraciones se consideran ciudades.

Así que mi pueblo es una ciudad de verdad, tiene más de 100.000 habitantes y la población no se dedica a la agricultura. Se dedica a la enseñanza. El lema de la ciudad dice "nosotros enseñamos volar a los aviones", y es pura verdad. Los aviones militares rusos se prueban en mi ciudad. Hay un tanto por ciento de habitantes que mueren probando aviones. He conocido a varios. Yo no sé mucho de aviones. Sé como vuelan, sí porque no se caen, pero lo que realmente me gustaría saber es porque a veces sí se caen aunque no deben. Creo que no soy la única a quien le interesa saber eso.

Pero iba a dedicar esta entrada al ferrocarril infantil. En mi ciudad desde hace 70 años existe un linea de tren donde sólo trabajan niños (de 11 a 17 años). Cuando tenía 11 años, todos mis amigos fueron a trabajar en el tren, todos, menos yo. Mis padres me lo prohibieron y cuando les dije que quería aprender algo interesante que me podía servir para algo en el futuro, me compraron un manual de inglés.

Es una carrera de 5 años, se supone que los alumnos practican en el tren o en las estaciones. Después de un par de meses de estudios casi todos mis amigos lo dejaron. Lo único que se permitía a los menores de 15 años era limpiar estaciones y vender billetes. Una desilusión horrible... yo, con mi manual de inglés (cabreada con los padres y llena de envidia) por fin pude decirles "suponía que iba a ser así, por eso no fui con vosotros". Creo que de todas formas es un proyecto interesante, cada verano que voy a Rusia, me doy la palabra de hacer un viajecito en este tren, pero hasta ahora no lo he hecho.



Era mala, y, además, protestona. A los 14 años hice que despidieran a una profesora. Hasta hoy estoy muy orgullosa de esta victoria. Era profesora de inglés y no me aguantaba. Cuando aprendí de memoria "adieu, adieu! my native shore" de Byron para una clase de lectura, me dijo que con un acento tan terrible no se podía citar a Byron. Cuando un alumno hacia dos errores, le ponía una nota buena y a mí, por la misma cantidad de errores, me ponía una mala. Si yo leía en clase, me decía que yo tenía que aprender a leer. Un día me sentí tan agobiada, que le dije que era una hija de puta y que las frustraciones de una tonta con bigote no tenían que convertirse en mis frustraciones. Me echó de la clase y me prohibió volver sin mis padres y sin el director. Fui al despacho del director y le conté todo lo que me había pasado. Me sorprendió mucho, pero el director me creyó. Vieron mis notas de inglés que eran muy, pero muy bajas, vieron las notas de las demás asignaturas que eran muy buenas y me hicieron pasar por un examen. Había tres profesores de inglés, el tutor de mi grupo, el director y un psicólogo. Aprobé el examen con la nota de sobresaliente. La profesora fue despedida.

Otros profesores me tenían mucho cariño aunque se cabreaban conmigo. Me encantada buscar errores en su trabajo. La profesora de literatura rusa nos dijo una vez que de toda la Unión Soviética, los mejores escritores son de la etnia rusa. La corregí que, por ejemplo, Nikolay Gogol era ucraniano, Shota Rustaveli era georgiano, Pushkin apenas era ruso por una simple razón - era negro. Me echó porque me atreví a discutir su opinión. En lo demás era una profesora buenísima que me enseño a escribir bien y me ayudó a publicar mis primeros relatos en un periódico.

La profesora de biología me echó porque la pregunte dónde en el póster del cuerpo humano se situaba el clítoris. De verdad me interesaba, tenía 10 años y cuando mis padres no estaban en casa, leía "Emmanuelle".

La profesora de historia me echó porque hice llorar a una compañera mía. Pero no fue culpa mía, la pobre me dijo que odiaba a los judíos y la pregunté si odiaba a Jesucristo también. "Como puedes comparar a Jesús con los judíos?", me dijo. "Porque era judío", la conteste, y se echó a llorar repitiendo "que no, era ruso!" La chica desde entonces tiene mucho cuidado con el nacionalismo y antisemitismo, a propósito.

También me echaban porque me vestía como me daba la gana, no recogía el pelo, y bostezaba durante las explicaciones del material nuevo. El día de mi graduación del colegio, los profesores lloraban. Espero que les daba lastima despedirse de mí.

PS: a finales de los años 90 al cura de la iglesia de Ramenskoye, lo echaron del trabajo. En su libreta profesional (cada ruso tiene su propia libreta donde se apunta la experiencia profesional) como motivo pusieron "profesionalmente inútil". Esto ya no es lo que vi, es lo que me contaron las abuelitas que trabajaban en esta iglesia cuando un día fui a ver como estaba todo.

Mañana y pasado mañana os contaré una historia mafiosa. La primera parte va a ser para todos, pero no recomiendo que las personas sensibles y mujeres embarazadas lean la segunda. va a ser un poco dura.

Gracias por vuestro apoyo, me da mucho ánimo ver que os interesa lo que cuento. Si os interesa un tema especial sobre mi país o sobre mi visión de España, preguntad. Si queréis corregirme o añadir algo a lo que escribo, bienvenidos.

8 comentarios:

  1. Personalmente disfruto mucho leyendo relatos de primera mano de una rusa.

    Es interesante ver lo que pasaba al otro lado del muro. очень хорошо!

    ResponderEliminar
  2. Y donde está el clítoris? (es broma :) )

    No sé si Bulgakov, Tolstoi o Dostoievski también eran rusos, pero lo que si es cierto es que la literatura rusa es riquísima.

    Impresionante que en el sistema educativo ruso fuese tan avanzado, como para valorar de esa manera la labor de una docente. Supongo que si te hubiesen cargado en el examen, se te hubiera caído el pelo.

    ResponderEliminar
  3. Uff! He de decir que he sentido algo de lástima por tu profesora de Inglés. ¡Podrían haber buscado una medida menos expeditiva! Me parece realmente curioso... En España hace 40 años un profesor era un autoridad e incluso estaban permitidos ciertos castigos físicos, como bofetadas o pegar con la regla en la mano. Yo personalmente no lo he vivido porque nací ya en tiempos de democracia, pero aún así en mi época escolar un profesor seguía teniendo mucha autoridad, cosa que ahora se ha perdido en muchos casos. Por cierto, me consta que en algunas universidades de Rusia todavía se celebran Subbotniks. Seguro que puedes contar alguna anécdota curiosa sobre este asunto, cuando venga al hilo ¡claro!

    He de decir que me ha gustado el relato, y que lo haces con mucha gracia. ¡Una cosilla! si me lo permites, la frase 'la contesté' es un laísmo, y aunque en algunos lugares de España se utiliza, lo correcto es decir 'le contesté', ya que nos referimos a una persona aunque sea una mujer, no a una cosa.

    ¡Que interesante, una historia de mafiosos! Estaré encantado de leerla, sobre todo la segnda parte :-).

    Пока,

    ResponderEliminar
  4. es increíble lo de tu profesora de inglés. Mi educación escolar fue aquí en España en los años 80 y recuerdo haber recibido unas cuantas bofetadas de los profesores y sin rechistar, porque en aquella época uno era consciente de que había actuado mal y se merecía la bofetada y era hasta bueno ocultarlo a los padres ya que quizá a mi padre le hubiese parecido bien la bofetada e incluso si el motivo de la misma lo merecía había posibilidad de recibir otra.

    ResponderEliminar
  5. He pensado un poco y creo que la profesora no fue despedida sólo a causa de mi historia. Seguramente, había algo más. Me salió demasiado fácil conseguir que la despidieran, y ni siquiera fue lo que quería yo.

    ResponderEliminar
  6. Yo soy profesor de instituto y me han impresionado tus aventuras escolares. ¿De verdad un docente podía ser despedido en la Unión Soviética? Pero, ¿despedido de verdad? ¿quedándose en la calle si trabajo? Tenía otra idea muy diferente sobre cómo fue la escuela soviética en aquellos tiempos (supongo que hablas de los años ochenta). Saludos y ánimo con tu blog que no tiene ningún desperdicio! :)

    ResponderEliminar
  7. Juli, hablo de los años de Perestroyka, es decir finales de los años 80 a principios de los 90. Ya la profesión de profesor no se valoraba tanto como antes. Muchos profesores dejaban este oficio para buscar una vida y un sueldo mejores. Si hablamos de los años de la Unión, no era así, pero tampoco los profesores se buscaban este tipo de problemas, eran muy, pero muy respetados por los alumnos.

    ResponderEliminar